El MAÑANA en el Sector de la Seguridad Privada
Para la industria de la vigilancia privada la irrupción masiva de las nuevas tecnologías en medio de la pandemia implica desafíos importantes que iremos viendo y que a la vez supondrán atractivas oportunidades a futuro de convergencias, de expansión y de formación.
En lo que respecta a la convergencia, habrá que ir practicando acciones unitarias dentro de nuestro campo de acción con otras empresas del sector para fortalecer nuestra presencia empresarial. Una acción que no pretenda una equivalencia con las grandes y si con la pequeña y mediana empresas a la que pertenecemos. Hay muchas oportunidades que debemos sondear buscando siempre crecer y garantizar oportunidades de negocio.
En cuanto a la expansión, buscar ocupar siempre el terreno que es propio de la pequeña y mediana empresa la cual tiene muchas posibilidades de mantenimiento y estabilidad sin sentirse amenazada por las grandes empresas del sector. Y eso lo debemos hacer acompañado de nuestros pares de forma inteligente.
Y sobre la formación, tenemos que garantizar que nuestros profesionales estén preparados para hacer frente a los cambios que se avecinan y que demandan las tecnologías que se van asentando en el día a día de nuestras empresas. Un dato importante: la formación misma en Seguridad Privada ya da cuenta de un giro importante, al pasar de la formación presencial a las aulas virtuales de la formación online.
La industria de la seguridad, se verá en la necesidad de abrazar de lleno la tendencia al alza de la vigilancia electrónica, del reconocimiento de individuos y la irrupción masiva de nuevos dispositivos como drones. A largo plazo, la Inteligencia Artificial y la robótica aumentarán las características y posibilidades de los sistemas de vigilancia y seguridad. Pero, tal vez el campo que ya se ha prefigurado durante la pandemia es el de la ciberseguridad.
La ciberseguridad ha adquirido una relevancia enorme. Operaciones básicas, tráfico masivo de datos e información de alto valor, transacciones monetarias, errores involuntarios, entre otros; han quedado expuestos a hackeos y fraudes de todo tipo. Hasta antes de la adopción del teletrabajo las organizaciones, en general, no ponían mayor atención a aspectos de prevención y seguridad en este ámbito. Sin embargo, el contexto ha facilitado la sensibilización respecto a la ciberseguridad, lo que felizmente se ha traducido en una fuerte demanda de servicios en este ámbito.
Por último, y también dando una perspectiva auspiciosa, es importante destacar que, en medio de la pandemia, la industria de la vigilancia y de la seguridad privada, han podido demostrar su importancia como trabajo esencial, asumiendo tareas de gestión y prevención de riesgos que sugieren que el mismo concepto de seguridad se redefinirá en el futuro. Y en ese desafío inmediato, la sociedad española les ha dado amplio reconocimiento a estos servicios. Incluso la Casa Real ha reconocido el rol que han cumplido en tanto trabajadores esenciales. Desde ese punto de vista, es más que esperable que nuestro sector sepa estar a la altura de los desafíos futuros.